Haga clic aquí para la traducción al español
We are witnessing a joint Israeli-US attack on Iran. Claims by the Trump administration that it is not involved are false.
Israel’s far right government and the Trump administration are joined at the hip. Particularly so in air power. On my last visit to the Pentagon, I saw uniformed Israeli Air Force officers embedded with the US Air Force.
The claim that the US has nothing to do with the air war against Iran is laughable. Ever since the 1967 Arab-Israeli War, the US has been providing Israel with precise satellite targeting and electronic intelligence (ELINT) that has given Israel a huge advantage. The US also provides a great deal of targeting and ELINT to Ukraine. Both Ukraine and Israel have been able to launch devastating attacks thanks to US intelligence. Israel’s recent success in badly damaging Iran is due to US intelligence, its own top drawer intelligence service Mossad and the ineptitude of its enemies.
Israel claims Iran is working on nuclear weapons. Iran denies this charge but admits to enriching uranium to 60% purity, but only, Tehran says, for civilians’ purposes. Our best guess is that Tehran has gone this far as a bargaining ploy after Trump, an ardent Zionist, broke off nuclear negotiations with Iran in 2015.
Let’s be frank. Iran only began limited work on nuclear weapons because it is threatened by an Israeli nuclear attack. Israel has close to 100 nuclear warheads that can be delivered by missiles, aircraft and, thanks to German help, submarines. In living memory, Iran has been invaded by Great Britain and the Soviet Union. Iran’s government was overthrown by Britain, then again by CIA in 1953. In 1979, the US convinced Iraq’s Saddam Hussein to invade Iran. In the ensuing war, Iran lost some one million soldiers.
In 2001 I discovered in Baghdad Iraq British scientists who were developing germ weapons for use on Iranian forces. The toxic precursors for these illegal weapons had come from the US. Yet all the while Washington accused Iraq of secretly making nuclear weapons. This became the US’s casus belli for attacking Iraq and killing some million Iraqis.
Now we hear the same song again. Trump, who detests Muslims unless they have oil fields, was looking for an excuse to destroy Iran’s nuclear industry. Netanyahu was eager to attack Iran, both to destroy its nuclear industry and also to fabricate a war that would keep him out of court and in power. A very limited conflict with Iran also takes world attention away from the horrifying massacre of Palestinians in Gaza, 50,000 of whom have died to date from US-supplied bombs and shells.
Israel is hoping for ‘regime change’ in Tehran. Iran is the most vocal and active supporter of the embattled Palestinians in Gaza and the Israeli-occupied West Bank and Jerusalem.
The US and its Mideast satraps have been at war with Iran since its 1979 revolution. They hope to return Iran to its pre-revolutionary status where the US gave marching orders to its former shah and used Israel’s Mossad to keep the corrupt royal regime in power.
The reason why Trump abruptly quit the summit meeting in Banff and rushed back to Washington may have been due to Israeli threats to use some of their nuclear weapons against Tehran. The Iranians must be desperate. Their nuclear industry has been damaged, their air force and air defenses destroyed, and now the G7 nations have turned against them.
Iran, as this column has long been predicting, turned out to be a paper tiger, crippled by a western boycott of its military forces. Israel holds all the military cards, thanks to billions in US support.
Now is the time when Iran could really use some nuclear weapons. North Korea has learned this lesson. Now is the time for Russia or China to step in and help Iran.
En Español
Irán: Bombardeado hasta la Edad de Piedra
de Eric S. Margolis
17 junio 2025
traducción: NS
Todos somos testigos del asalto conjunto entre Israel y los Estados Unidos contra Irán. Son falsas las declaraciones de parte del presidente Donaldo Trump al temor de que no los EE.UU. no están implicados.
De hecho, los gobiernos israelí y estadounidense son gemelos, sobre todo en cuanto a las fuerzas aéreas. En mi última visita al Pentágono vi con mis propios ojos los oficiales uniformados de la fuerza aérea israelí empotrados en la contraparte norteamericana.
Es risible la afirmación que los EE.UU. no tienen nada que ver con el actual conflicto aeronáutico, ya que desde la Guerra de Seis Días en 1967 Washington ha provisto a Tel Aviv la inteligencia satelital precisando blancos que la da una ventaja enorme sobre sus enemigos. Está en el mismo sentido de como los EE.UU. provee una cantidad importante de la misma inteligencia a Ucrania. Gracias a ella, estos dos países lanzan sus ataques devastadores, y los asaltos demoledores recientes de Israel se impusieron en virtud de la inteligencia estadounidense, la inteligencia de su propio servicio secreto Mossad en combinación con la ineptitud iraní.
Israel sostiene que Irán desarrolla armas nucleares, aunque Irán desmiente la acusación. Lo que Teherán testifica es enriquecer uranio hasta una pureza de 60 por ciento, y que eso se produce únicamente con fines civiles y pacíficos. Nuestra hipótesis más sensata entienda que Teherán ha llegado a semejante punto como una táctica de negociación tras la ruptura de las negociaciones nucleares con Irán en 2015 por parte del sionista ferviente Trump.
Sin pelos en la lengua, decimos que Irán sólo comenzó a trabajar en armas nucleares de manera condicionada porque se siente amenazado por un ataque nuclear de Israel, país que posee cerca de 100 ojivas nucleares que pueden ser lanzadas por misiles, aviones y, provisto por ayuda alemana, submarinos. En la memoria viva, Irán ha sido invadido por Gran Bretaña y la Unión Soviética. En la segunda mitad del siglo XX el gobierno de Irán fue derrocado por Gran Bretaña, luego nuevamente por la CIA, y en 1979, los Estados Unidos convenció al presidente iraquí Saddam Hussein a invadir Irán, conflicto en el cual Irán perdió alrededor de un millón de soldados.
Fue infame la justificación que adelantó presidente George Bush hijo por la invasión de Irak en 2001, esa falsa y absurda acusación de producción de “armas de destrucción masiva”. Sin embargo, fui yo un inspector que halló armas bacteriológicas en la capital de Bagdad —siendo desarrolladas por científicos británicos a partir de materias primas suministradas por los Estados Unidos—.
La misma canción suena y resuena hoy. El mismísimo Trump que detesta a todo musulmán que no sea dueño de un campo de petróleo anda tras un pretexto para demoler la industria nuclear iraní. Ministro primero Benjamín Netanyahu salivaba para lanzar un ataque contra Irán no sólo por esa razón sino también para evitar tener que defenderse de las denuncias por corrupción y así mantenerse en poder. Además, un conflicto limitado con Irán desviaría la atención mundial del genocidio en curso en Gaza donde Israel ha matado a 50 mil con municiones aportados por Washington.
Tel Aviv anhela un “cambio de régimen” en Teherán, ya que Irán es el más estridente promotor de solidaridad con los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén. De hecho, los Estados Unidos y sus secuaces a lo largo del medio oriente no han detenido las provocaciones bélicas contra Irán desde su revolución en 1979 cuando la insurrección derrocó el shá Mohammad Reza Pahlavi.
Lo más seguro es que Trump se presionó para abandonar la semana pasada la cumbre del Grupo de los Siete Países más adinerados del mundo (G7) para dar seguimiento a fanfarronadas israelíes a lanzar bombas nucleares contra Teherán. Irán en turno debe sentirse desesperado, porque su industria nuclear fue dañada, su fuerza aérea y defensas del cielo fueron aniquilados, y que el G7 haya vuelto en su contra.
Quedó vindicada la predicción sostenida en esta columna desde hace largos años que Irán resultará ser un “tigre de papel”, vencido por los estragos del boicot occidental en armamentos. Ni hablar que los miles de millones de dólares subvenidos a Israel de parte de los EE.UU. lo deja con una ventaja contundente.
Ya llegó la hora en que Irán está necesitado de armas nucleares, al par con Corea del Norte. Es propio que Rusia o China tome cartas en el asunto para defender a Irán.